236 - Seasons of love

Contra todos mis pronósticos -y contra todos mis intentos de sabotaje- la relación entre Jorge y Rosa ha prosperado casi en un noviazgo saludable, el primero del que tengo noticias, desde que se divorció de Teresa.

Pablo, por su parte -lo sé, está completamente chiflado- insiste en casarse en septiembre con su colega, la abogada de mi ex. Pese a que francamente me preocupa la relación, lo veo a Pablito tan embobado, tan feliz, reiniciando su vida de pareja con tanto entusiasmo, que no puedo más que alegrarme, pese a mis reservas.

Entre tanto, Nacho y Marcos continúan una relación hermosa. De hecho -me pregunto si será alguna clase de componente discriminatorio- Marcos es la única pareja de alguno de nosotros que ha sido admitido, eventualmente, al santuario de nuestra mesa de poker. Otros que también hablan de boda.

Guillermo, a instancia de toda la barra, finalmente se atrevió a invitar a salir a Marina. En esta etapa de la relación, aún no se puede ni remotamente hablar de amor o de proyectos. Pero sí de que se están frecuentando, conociéndose y fifándose sin mayor compromiso, lo cual ha mejorado el estado de ánimo general de Guille en un 200%.

¡Hasta Valeria y Marcelo vienen durando juntos! ¡Hasta Natalia me habló de un nene del jardín al que llama "mi novio"!

Mili y yo, a pesar de todos los traspiés recientes -mayoritariamente económicos- seguimos juntos y muy enamorados.

En fin, todo parece indicar que es temporada de amores. De juntarse. De vivirse.

¿Será este el final feliz que todos estábamos esperando?