- Che, Natu... - pregunté, cizañero - ¿Y a vos no te regaló nada el tal Marcelo?
- Tí.
- ¿Y qué te regaló?
- Un munnnieco.
- Ay, qué lindo - falso como moneda de madera, el tipo - ¿Y cómo es?
- Feo
- ¿Feo? - estallé en una carcajada.
- Tí, papá. Un ozo feo. No ez como mi Ozo.