145 - Exhibiciones obscenas

Nacho dice que iban a salir con Lu. Nacho dice que la pasó a buscar por su casa. Nacho dice que ella le dijo "ay, esperame que me cambio". Nacho dice que Lu se sacó la remera y debajo no tenía corpiño. Nacho dice que sí, que efectivamente, hizo eso delante de él. Nacho dice que Lu, con total naturalidad, se puso otra remera y le dijo: "bueno, vamos".

Jorge, Guille y yo nos quedamos absolutamente mudos por unos segundos, mirando a Nacho de los pies a la cabeza. Hasta que estallamos.

- ¿Pero cómo no te le tiraste encima?
- ¿No le chupaste una teta?
- ¡Pero eso es un mensaje clarísimo!
- Yo, en tu lugar, la violo ahí mismo.
- ¡Por Dios, qué gomas tiene esa mujer!
- Dale, decime que no hiciste nada y te cago a bollos.

Quién dijo qué y en qué orden es irrelevante. Éramos una turba iracunda, desbordante de testosterona, rogándole a Nuestra Señora de la Promiscuidad que Nacho hubiera reaccionado ante tamaño acto de exhibicionismo, que se hubiera hecho cargo de un acto que sobrepasaba a todas luces los límites de la insinuación.

Cuando, finalmente, algo agitados, nos callamos la boca para esperar respuestas, Nacho respiró hondo. En vez de hablar, suspiró.

Y, tras un segundo más de silencio, nos dio la estocada final:

- ¿Es que no entienden que somos amigos?