- ¿Y eso? - le pregunto a Carolina, señalándole un collarcito que lleva al cuello, que no había visto antes.
- Me lo compró Marcelo.
- ¿Marcelo? ¿Qué Marcelo?
- ¡Agachate y conocelo! - gritó Martín, desde el otro lado del departamento, estallando en un carcajada.
- Tincho, no seas ordinario - protesté - y que alguien me explique quién es Marcelo, por favor.
Se hizo un silencio incómodo en el departamento. Martín clavó la mirada en la pantalla de la computadora y a Carolina le dieron unas ganas incontrolables de ir al baño.
Sólo Natalia -mi adorable y siempre leal Natu- tuvo el valor de responder con total naturalidad:
"Ez el nobbbio de mamá"